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jueves, 22 de septiembre de 2016

Hanjin, ¿la punta del iceberg?

En los últimos años la evolución del transporte marítimo se ha caracterizado por una lucha obsesiva por el aumento de capacidades y la cuota de mercado en un contexto de exceso de oferta, lo que ha llevado a una caída de precios de tal importancia que cuestiona la viabilidad de las navieras.


En este contexto, no se explica la lógica de los contínuos encargos de nuevos y más grandes buques, iniciada por Maersk con los “triple E”, dando, sin embargo, por supuesta la solvencia de las navieras, quizás por aquello del “too big to fail”.

Y de golpe la insolvencia de Hanjin, pone en entredicho uno de los pilares de la globalización, que es el transporte marítimo.

Los conocimientos de embarque emitidos por la compañía podrían convertirse en poco menos que papel mojado, poniendo en dificultades el suministro de materias a miles de empresas en todo el mundo.

El conocimiento de embarque, piedra angular del sistema que ha permitido desde hace siglos el desarrollo del comercio internacional, ve cuestionada su credibilidad, que le otorgaba supuesta solvencia del naviero, base de las operaciones con crédito documentario.

Es urgente encontrar soluciones a una situación que tiene demasiadas similitudes con Lehman Brothers.
Ahora más que nunca debe tomarse seriamente en consideración la solvencia profesional y financiera de los operadores en el mercado, y es una buena ocasión para revisar los criterios de selección de proveedores, que a menudo solamente han sido capaces de evaluar la variable del precio sin tener en cuenta los elementos cualitativos de la oferta.

Xavier Lluch

Hans Freixas

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